5 claves para una cultura organizacional efectiva

En publicaciones anteriores hemos hablado sobre la importancia del liderazgo empático en una organización, y al mismo tiempo señalábamos la necesidad de que la propia cultura de la organización facilite a sus líderes la puesta en práctica de la escucha activa, la empatía, la disposición de ayudar. De las cualidades, en definitiva, que resultan imprescindibles para ejercer ese liderazgo empático.

Podríamos decir que no es posible tener un ambiente laboral óptimo sin liderazgo empático, y viceversa. Por eso en este artículo recopilamos cinco claves fundamentales para lograr una cultura organizacional efectiva y a las que las personas que lideran un entorno laboral de cualquier tipo deberían prestar atención:

  1. La visión inspiradora. Una de las funciones de liderazgo es mostrar, hacer evidente y darle importancia a una visión inspiradora y motivadora. Inspirador es hacer presente en cada oportunidad los valores que defiende la organización, que suelen estar en relación a tres ejes: alta calidad en productos o servicios; innovación y mejora continua; y la atención y el cuidado de las personas. En este sentido, es fundamental aplicar dentro de la compañía esos valores que se defienden hacia fuera. De esta consistencia de valores entre la práctica externa y la interna nacen el compromiso y la motivación. Las personas que asumen el liderazgo de un grupo pueden trasladar esa visión inspiradora a través de su comportamiento, de sus verbalizaciones y de aquellas cuestiones a las que se les da prioridad.

Por ejemplo, si una empresa tiene el compromiso de dar un servicio rápido y de calidad, y el equipo responsable de un determinado proyecto solicita un ordenador que funcione mejor porque el que tiene no les permite cumplir con los plazos o los estándares de calidad, la persona responsable, la líder, tendrá que hacer todo lo posible para proporcionárselo. Tendrá que facilitar al equipo las condiciones para que pueda desempeñar su trabajo en las mejores condiciones. Esta sería una oportunidad de mostrar consistencia con un relato inspirador y evidenciar los valores de la compañía.

2. El compromiso con el desempeño eficiente requiere claridad en los objetivos y metas. Es importante que el número de objetivos sea razonable, bien definidos, aceptados por el equipo, estimulantes y retadores. También conviene definir objetivos individuales para cada persona, en los diferentes niveles de la organización, que esos objetivos individuales estén alineados con los colectivos y que se aporten valoraciones regulares sobre el desempeño de los mismos.

Las organizaciones más eficientes son las que simplifican cuáles son los objetivos y los propósitos de las personas que trabajan en ellas.

3. El liderazgo empático. La escucha activa y la disposición a ayudar son comportamientos que, realizados de manera consistente por parte de las personas que lideran las organizaciones, generan compromiso en quienes trabajan en ellas.

Cuanto mejor es el clima de la organización mejor es el rendimiento. El compromiso de los y las trabajadoras mejora la atención al cliente, se incrementan las ventas y los beneficios, así como la innovación en los productos, servicios y procesos. Está demostrado, además, que la tasa de desgaste, pérdidas y bajas por enfermedad disminuye considerablemente. En este sentido, un estudio reciente de la Aston Business School en el Sistema Nacional de Salud británico, ha concluido que el liderazgo empático redunda en mejores estándares de calidad en la atención, mayor satisfacción de los pacientes y disminución de la mortalidad de los mismos. Además, también según este estudio, el liderazgo empático ha supuesto un significativo ahorro económico, debido a la buena respuesta de este tipo de liderazgo ante el reto de la sostenibilidad.

4. Innovación, aprendizaje continuo y mejora de la calidad. La innovación surge de la identificación de un problema. Después lo analizamos y buscamos la manera de solucionarlo. Sin embargo, para que la solución sea novedosa necesitamos sentir seguridad y respaldo porque, de lo contrario, no nos atreveremos a probar cosas nuevas ni a explorar nuevos caminos.

En este sentido no sólo es necesario el compromiso con la innovación por parte de la organización, sino fomentar la participación, el trabajo interdepartamental, la autonomía, el apoyo mutuo y las habilidades y capacidades de cada trabajador o trabajadora.

5. La cooperación es más eficiente que la competición, máxime cuando hablamos del trabajo dentro de una misma organización. En este sentido es muy importante promocionar el trabajo en equipo y la colaboración, así como cumplir unas condiciones mínimas que garanticen el ambiente idóneo para que el trabajo en equipo sea eficiente, es decir: Una visión clara y consensuada de los objetivos; claridad en el rol que cada persona asume; optimismo, cohesión y empatía con el resto de los miembros del equipo; comunicación efectiva y debate constructivo.

Post publicado por:

Diego Delgado Agüera

Psicólogo Sanitario, especializado en salud laboral, ansiedad, estrés y habilidades de comunicación.