Hablar en público puede suponer un quebradero de cabeza o un reto satisfactorio con el que disfrutemos. En tiempos de pandemia, a los nervios de siempre tenemos que añadir algunos factores que nos pueden afectar negativamente en una presentación online, como la falta de cercanía, la frialdad de la pantalla o el miedo a que la tecnología falle.
Sin embarho, hay algunas sencillas técnicas que pueden mejorar notablemente tus presentaciones. En Idealoga ofrecemos talleres sobre cómo hablar en público adaptados a cada empresa o a las necesidades personales del alumnado. Pero antes de hacer el curso, no te pierdas estos 10 consejos para hablar en público en tiempos de coronavirus:
- Ten en cuenta que el protagonista de la intervención siempre es el público. Estar pendientes de las personas que nos escuchan nos aleja de nuestros miedos y nos hace poner el foco en lo importante.
- Establece contacto visual para conectar con el público. Debemos tratar de recorrer el auditorio con la mirada, para que las personas que asisten a nuestra charla se sientan interpeladas. Ahora que la Covid-19 nos obliga a realizar muchos de estos eventos de manera telemática, conviene intentar mirar a la cámara, puesto que la persona que esté al otro lado sentirá que la miramos a los ojos.
- Manten una actitud de escucha activa. Los gestos de las personas para las que hablamos nos aportan información muy valiosa a la que debemos saber reaccionar. En las presentaciones online, merece la pena mantener en la pantalla las ventanas de las personas a las que nos dirigimos, de algunas de ellas, al menos, para saber cómo reciben la información que les estamos ofreciendo.
- Ten en cuenta que lo que decimos es importante pero la forma en la que lo decimos también. La comunicación verbal debe ir de la mano de la no verbal -gestos, postura corporal- y de la paraverbal – tono de voz, respiración, pausas-.
- Adopta una postura de neutralidad. Las manos deben estar visibles y, aunque pueden descansar, en general deben mantenerse por encima del ombligo, siempre acompañando al discurso. Sonríe para que el público sienta empatía por tu parte; haz pausas para enfatizar y cuida los gestos, evitando muletillas o tics que puedan distraer al auditorio y entorpecer la comunicación. Conviene adoptar esta postura también en la versión telemática, por lo que hay que procurar colocar el ordenador o el teléfono en un lugar que nos permita estar de pie.
- Sé natural. Comenta con tranquilidad una circunstancia sobrevenida, como una interrupción, un fallo tecnológico, o aquellas cosas que no podemos evitar pero podrían desviar la atención de quienes escuchan, como que la persona que hace la ponencia tenga una escayola, por ejemplo.
- Demuestra humildad. La arrogancia genera rechazo, sin embargo, contestar con tranquilidad si desconocemos la respuesta a una pregunta, por ejemplo, pero ofrecerse a buscar la información y hacerla llegar más adelante, genera confianza.
- Adapta tu presentación al público y al contexto en el que se produce, ten en cuenta sus conocimientos previos, sus intereses y su situación ambiental.
- Para atender a la parte más racional del público, ten siempre presentes algunos ejemplos, datos y estadísticas que refrenden la exposición.
- Practica tanto como puedas. La postura corporal, la sonrisa y el tono de voz son cuestiones que podemos neuroprogramar si ensayamos lo suficiente. Además, por supuesto, de que la práctica aporta seguridad.
Post publicado por:
Ángela Pulido Flores
Psicóloga. Coordinadora de los talleres de oratoria de Idealoga.