Esta vuelta al cole va a ser muy distinta de aquellas que nuestras hijas e hijos hayan podido vivir previamente, por lo que no es de extrañar que tengan miedo y no quieran volver al cole: durante meses han escuchado noticias, conversaciones con otras familias e incluso anuncios que indican preocupación sobre efecto que ha tenido el coronavirus en nuestra vida.
Solemos escuchar que los niños se adaptan mejor, o que son más flexibles ante los cambios. Esto puede ser verdad, debido a la plasticidad neuronal que tienen; pero no quiere decir que no sufran. Por eso es tan importante poderles escuchar y darles espacio para comunicarse.
10 pautas para ayudar a las familias a generar una vuelta al cole positiva:
- Comprender que la reticencia a volver a la escuela es natural: Hemos vivido una situación emocional y psicológica muy intensa a nivel global; para las criaturas, la salida física del colegio fue muy rápida, y en muchas ocasiones, debido a cuestiones como la brecha digital, el seguimiento con sus profesoras y profesores ha sido muy complicado. No han podido tampoco hacer el cierre de fin de ciclo al que están acostumbradas, ya que no han tenido, por ejemplo, una fiesta de fin de curso, y no saben saben qué se encontrarán en el nuevo, por lo que es normal que sientan incertidumbre y que tengan dificultades para volver a empezar el cole. Por tanto, es natural que a las familias nos surjan dudas sobre cómo enfocar este proceso. Los centros educativos llevan cerrados más de 5 meses, ¿cómo no tener dudas o miedos respecto a la vuelta?
- No culpabilizarnos: Las criaturas pueden tener una sensación de eternas vacaciones que les alejan enormemente de los hábitos del colegio, que viene dada por la pérdida de rutinas de sueño o de alimentación, habitual en verano, y que este año ha empezado en el periodo de confinamiento. Lo mismo ha ocurrido con la costumbre de trabajar contenidos educativos, debido a las dificultades que el confinamiento implicó para la conciliación de vida laboral y familiar
- Validar su emoción. Es normal que tengan miedo de volver, por ello no debemos juzgar su emoción ni comunicarnos con mensajes como “no te preocupes”, “no pasa nada”, “no hay que tener miedo”. El miedo es una emoción necesaria e importante, por ello hay que darle su lugar. Sería más adecuado poder comunicar mensajes como “estaré contigo”, “vamos a hacer esto juntas”, “es normal tener miedo”. Tampoco es sano mentirles, es importante explicar siempre la verdad, adecuando los mensajes a su edad.
- No trasladar nuestra emoción de adultos a la de nuestras criaturas: Si nos ven angustiados o angustiadas, o quizás hablando de forma negativa de nuestra vuelta al trabajo, esto les puede afectar. Como familia somos su espejo donde reflejarse, y muchas veces toman como propios los comentarios peyorativos sobre el fin de las vacaciones, aunque no se sientan así.
- Volver a establecer rutinas que se han podido perder durante estos meses. Los días previos al colegio, sería interesante poder volver a levantarnos e irnos a la cama a la hora establecida durante el periodo escolar, así como la hora del baño, o las horas de comida. Recordemos que desde la Asociación Nacional de Pediatría se recomienda que los niños y niñas de 3 a 5 años duerman una media de 10 a 12 horas, y de 6 a 10 años unas 10 horas.
- Familiarizarles con el material escolar, poder ir a comprar junto a ellos y ellas los cuadernos para el nuevo curso, o los rotuladores, quizás un nuevo estuche para estrenar… algo que puedan necesitar y que sea importante para la vuelta. No es necesario que sea algo material: poder incorporarles en rutinas como forrar los libros o poner su nombre con un color que escojan ya es algo positivo.
- Pasear cerca de su colegio o de su escuela infantil, para durante el paseo, recordar buenos momentos y reforzar la idea del reencuentro: es momento de volver a ver a sus compañeros y compañeras de clase, así como a las profesoras, a las personas responsables del comedor, etc. Muchos llevan meses sin verse, y evocando recuerdos bonitos de su clase, con sus amigos y amigas, crearemos una ilusión importante para darles el ánimo que necesitan.
- Explicarles las medidas de prevención: Informarnos tanto como podamos del protocolo de prevención que va a establecer su colegio, para poder trasladárselo a nuestras hijas e hijos, de manera que vayan conociéndolo e integrándolo.
- Controlar nuestras emociones más desagradables como familia. A veces, sin darnos cuenta, nuestra preocupación se añade a la de nuestros hijos e hijas. Por eso, un ejercicio interesante sería poder emplear toda la energía que utilizamos en supervisar sus conductas, en controlar lo que decimos o cómo expresamos nuestro miedo o nuestra ira en casa.
- Reforzar la comunicación durante los días previos y mantener la calma y la paciencia. . Preguntar qué les preocupa, responder sus dudas, normalizarlas, apreciar su esfuerzo, reforzar su interés por este momento y, sobre todo, darles el espacio que necesitan para comunicarse. Cada criatura llevará su ritmo, incluso dentro de la misma casa. Acompañémosles en el proceso sin juzgar, sino como un apoyo y siempre dando espacio a sus emociones, para que puedan expresarse libremente.
Henar Martín López
Psicóloga especializada en infancia, adolescencia y familias