Convivencia durante la cuarentena
Claves para tener buenas relaciones
Estos días en los que por una cuestión de protección y asumiendo una responsabilidad y compromiso social permanecemos en nuestras casas, podemos estar viviendo momentos muy hermosos, en muchos casos estamos pasando mucho tiempo con las personas que más queremos. Y esto puede ser una experiencia única y una oportunidad de estrechar lazos, fortalecer esas relaciones y disfrutar de la relación con nuestros seres queridos.
Por otro lado, esta situación de convivencia mantenida también supone un riesgo, es esperable que en estos días surjan más conflictos. Estamos compartiendo muchas horas en un mismo espacio, y estamos sometidas y sometidos a una situación que nos genera gran estrés emocional: la falta de hábitos cotidianos, el exceso de información perturbadora, las restricciones, la incertidumbre, el miedo, la tristeza, la rabia, la impotencia… eso hace que estemos más irascibles o que saltemos a la mínima.
Para mejorar la convivencia en casa, prevenir conflictos y fortalecer las relaciones, hemos de atender a varios factores, entre ellos nuestro estilo de comunicación y la esfera emocional, éste segundo aspecto lo abordaremos con mayor detalle en otro post.
Asimismo, es importante un reparto en las responsabilidades de la casa, que cada persona tenga un espacio propio, unas normas claras y precisas en los espacios comunes, etc.
Como comentábamos, conocer y manejar aspectos esenciales sobre una buena comunicación puede facilitar nuestra convivencia; ya nos lo decía Daniel Goleman, en su libro Inteligencia Emocional: “Lo que normalmente termina como conflicto comienza como un problema de comunicación, una suposición gratuita y una conclusión precipitada que lleva, a su vez, a enviar un mensaje duro, muy difícil de escuchar”.
Es por ello que te invitamos a que hagas de detective y observes la manera en que tanto tú como las personas con las que convives os comunicáis cuando estáis enfadadas/os, defraudadas/os, cansadas/os…
- ¿Cuántas veces te has visto sermoneando y diciendo “lo que deberías hacer es… las cosas se hacen de otra manera…”, o burlándote, hablando con ironía, echando en cara o gritando frases del tipo: “pareces un/a crío/a, qué exagerada/o, no es para tanto…”
- ¿Cuántas veces has escuchado o te han dicho “te lo dije”, “déjame a mi”?
- ¿Y qué hay del “es que tú…” o “lo has hecho para fastidiarme, solo miras por ti…”, o el “eres un/a …(seguido de un adjetivo nada agradable)”?
- ¿Y eso de gritar “tranquilízate y no me chilles”?
Todas estas formas y otras similares solo suponen echar más leña al fuego. Con este tipo de comunicación lo que conseguimos es que la otra persona se sienta ofendida, no escuchada, y se coloque es una posición de defensa o de ataque y se aleje de la resolución del conflicto afectando así a la relación.
Nuestra propuesta es clara: ESCÚCHATE, ESCUCHA Y PONTE EN EL LUGAR DE LA OTRA PERSONA PARA VOLVER A CONECTAR CON ÉL O CON ELLA
- Busca un momento adecuadopara poder expresar aquello que te ha molestado. Si te encuentras muy enfadada/o es preferible que primero pares y te alejes de la fuente de conflicto, busca un lugar en calma, a solas, donde puedes relacionarte con esa emoción, te escuches y analices lo que te ha molestado.
- Sigue aspectos fundamentales para un diálogo respetuoso, para escuchar y conectar de nuevo con la otra persona:
- Escuchade forma activa: mira a los ojos, haz preguntas, resume lo que has entendido.
- Utiliza el “YO”, o el “a mí”, a la hora de expresar tus comentarios y opiniones. “Yo me siento molesta/o cuando…”; “A mí me desagrada o me agrada…”
- Haz comentarios constructivos, sugiere soluciones, se amable, muestra interés. Observa tu lenguaje no verbal.
- Centra la comunicación en un único tema.Sé concreta/o, céntrate en el aquí y el ahora. No aproveches a sacar lo que llevas guardado desde hace un mes o un año.
- No juegues a ser adivina/o. Antes de afirmar, sentenciar o inferir pregunta a la otra persona por lo que piensa, siente, hace… de esa forma se podrán evitar malentendidos.
- Describe aquello que te molesta,diferenciando entre la persona y la conducta en concreto qué te ha molestado o dolido.
- Evita utilizar expresiones como “siempre” o “nunca” que solo son generalizaciones.
- Por ejemplo, no tiene nada que ver “nunca me haces caso”, “siempre haces lo mismo” que “¿me puedes atender un momento, por favor?”, “me ha molestado que me dejaras solo/a recogiendo las cosas y te fueras a hablar por teléfono con tu amigo/a”.
- Expresa cómo te hace sentir, utilizando la primera persona. Ejemplo: “me he sentido sola/o, he sentido que no se tenía en cuenta mi opinión”
- Empatiza, trata de entender a la otra persona, de justificar por qué se ha comportado de esa manera, buscando una explicación que tenga en cuenta su experiencia. Por ejemplo: “Vi que no recogiste los platos, imagino que tal vez se te olvidó o se te presentó otra cosa urgente…”
- Asume parte de responsabilidad. Una simple frase del tipo “es posible que yo no haya estado muy atento/a, o muy agradable”, ya facilita el que la otra persona adopte una posición de escucha y colaboración.
- Plantea soluciones y alternativas. Y negocia acuerdos. Por cierto, propuestas que no quejas. Expresando lo que nos gustaría que fuera diferente apelamos por un lado al compromiso con la otra persona y por otro fomentamos una emoción más agradable al conectar con lo que deseamos. “¿Qué te parece si establecemos turnos para elegir qué tipo de música escuchamos?”, “¿qué te parece si cada día elige uno la peli o serie que vemos?”.
- Establecer un diálogo respetuoso, en el que podamos expresar nuestro malestar, pero a la vez lleguemos a sentirnos escuchadas y escuchados. Es escuchar a la otra persona y que se sienta escuchada y llegar acuerdos y cambios, requiere un esfuerzo y muchas ganas. Así que, si se logra o al menos nos vamos acercando a ello, podemos reconocernos mutuamente y estar agradecidas/os.
Muchas familias y parejas utilizan el método de la mesa de la paz, una vez a la semana, en estos momentos puede ser más recomendable una frecuencia mayor, todas las personas se sientan para compartir lo que les ha gustado de la semana o del día y aquello que les ha molestado o desagradado realizando propuestas de solución o de acuerdo.
No nos olvidemos de tener presente y tomar conciencia de que la otra persona está ahí, y tiene necesidades, igual que nosotros/as y que dialogar y expresar lo que sentimos nos ayuda a seguir construyendo la relación y fortalecerla.
El filósofo contemporáneo, Massimo Pigliucci, propone como ejercicio de salud mental, preguntarse cada día si hemos hecho algo que haríamos el último día de nuestra vida. Muchas personas lo que querríamos hacer en los últimos días de nuestra vida sería estar con las personas que más queremos. Y eso lo estamos haciendo ahora, aprovechemos para que sea un momento maravilloso.
¡¡Juntas y juntos somos más fuertes!!
Fuentes:
“Corrígeme si me equivoco” Giorgio Nardone Editorial Herder
“Tratando inestabilidad emocional” Soledad Santiago López. Editorial Pirámide.
“Inteligencia emocional” Daniel Goleman Editorial: Kairós
“Manual de evaluación y entrenamiento de las habilidades sociales” Vicente E. Caballo Editorial: Siglo XXI
“A Handbook for New Stoics: How to Thrive in a World Out of Your Control”. Pigliucci, Massimo. The Experiment, 2019
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