Para algunas personas, la soledad es indispensable. Para otras, indeseable. Que nos sintamos mejor o peor en soledad depende del momento y de cada persona. Por eso, hoy te traemos 6 cosas que necesitas saber sobre la soledad que te ayudarán a conocerte mejor.
¿Es normal disfrutar de la soledad?
Efectivamente. La soledad no tiene por qué generar sentimientos negativos. Cuando la soledad, temporal o permanente, es una situación elegida, puede resultar muy satisfactoria y empoderante. Las personas que deciden hacer un viaje solas, o vivir solas, por ejemplo, aseguran que se trata de experiencias que pueden ser muy enriquecedoras. Este tipo de soledad se conoce como soledad objetiva.
¿Es normal que me ponga triste cuando estoy sola?
Por supuesto. La soledad subjetiva, o soledad sentida, es la que aparece cuando sentimos que la calidad o cantidad de nuestras relaciones es menor de la deseada. Esa soledad no deseada puede ser causante de emociones negativas como la tristeza, la nostalgia, la angustia, el miedo o el dolor.
¿Por qué no me gusta la soledad?
Porque no es buscada.
Es más, además de causar emociones negativas, la soledad no deseada puede provocar otro tipo de desajustes, como pérdida de la calidad de sueño, problemas de atención y memoria, e incluso problemas de salud más graves, como hipertensión, ansiedad o depresión.
La soledad no deseada puede tener un fuerte impacto social y personal. El malestar que provoca tiene que ver con nuestras expectativas, con las causas que provocan esa soledad y con el grado de control que sentimos que tenemos sobre la situación.
¿Por qué me siento sola si estoy rodeada de gente?
La soledad sentida también está relacionada con la edad, el género, las redes de apoyo, el estatus socioeconómico y el contexto laboral o residencial. Si percibimos que la gente que nos rodea no nos comprende, o no comparte nuestros valores o intereses, podemos experimentar esa sensación de soledad aunque estemos en compañía.
Diferencias entre soledad emocional y soledad social
Si tenemos en cuenta la fuente de apego, podemos distinguir entre soledad emocional y soledad social. La soledad emocional sería carecer de una relación íntima con otras personas que nos aporte satisfacción y seguridad.
La soledad social, por otro lado, tiene que ver con sentir incomprensión o rechazo por parte de las demás personas, o con la falta de un sentido de pertenencia o integración en una comunidad que aporte soporte o ayude a compartir intereses y preocupaciones, un espacio del que sentirse parte.
En este sentido, numerosos estudios señalan que este tipo de soledad está incrementando en nuestras sociedades debido a la velocidad de los cambios tecnológicos, urbanísiticos o de consumo, por ejemplo, que afectan de manera determinante a muchas personas y grupos sociales.
¿Qué puedo hacer para sentirme mejor?
No todas las causas de la soledad no deseada tienen solución desde un punto de vista individual, pero siempre hay cosas que puedes intentar.
Por ejemplo, y teniendo en cuenta que la sensación de pertenencia a un grupo es muy importante en este sentido, puedes buscar alguna iniciativa u organización en la que participar. Esto es positivo por muchas razones: permite pasar tiempo en compañía; las personas con las que compartes tiempo tienen un interés en común contigo, y al mismo tiempo colaboras en la dinamización de tu propio entorno.
Por el contrario, buscar ese acompañamiento en las nuevas tecnologías puede ser contraproducente. El contacto que se establece es superficial y pretender suplir las relaciones humanas, de «tú a tú», con relaciones tecnológicas puede resultar en un mayor aislamiento.
Las circunstancias que nos llevan a esa soledad no deseada y al malestar que nos hace sentir suelen ser variadas y a veces puede costarnos incluso identificarlas. En ese caso, puede ser conveniente solicitar ayuda profesional, para descubrir cuál es la causa de nuestro malestar, comprenderla y actuar en consecuencia.
Post publicado por:
Beatriz Cubilledo
Psicóloga sanitaria especializada en sexología, diversidad y género.