Cómo actuar ante las rabietas infantiles

Las rabietas son una manifestación de la progresiva maduración de personalidad del niño o niña. Pensemos en un niño de dos años, que es la edad a la que normalmente se dan las rabietas con más frecuencia, en estas edades son inmaduros a nivel emocional y tienen una gran dificultad para canalizar emociones. Tienen baja tolerancia a la frustración, no comprenden bien los razonamientos de los adultos. Cuando estalla una rabieta, al niño le desbordan sus emociones y no es capaz de controlarlas.

Para la psicóloga Aletha J. Solter, especializada en apego y disciplina sin castigo, las rabietas sirven como mecanismo de liberación de estrés: llorar ayuda a las personas, sean de la edad que sean, a liberar estrés.

La prueba que respalda esta teoría es el análisis bioquímico de la composición de las lágrimas: no todas las lágrimas son iguales desde el punto de vista de su composición. Cuando se llora por cuestiones emocionales, las lágrimas son diferentes a aquellas que se producen cuando la superficie del ojo llora por otro motivo, como una alergia, o cuando se nos ha metido algo dentro. Las lágrimas que se generan por emociones contienen cortisol, la denominada hormona del estrés. Por ese motivo, cuando lloramos, nos liberamos.

¿Cómo debemos actuar los padres y las madres?

La dificultad radica en que no siempre queda claro cuándo el llanto funciona como liberador de estrés y cuándo se dispara la rabieta, porque la criatura haya aprendido a pedir las cosas que quiere de esa manera.

De cualquier manera, conviene, en primer lugar, hacer todo lo posible para eliminar la fuente de dolor, o atender la necesidad física. En segundo lugar, escuchar a la criatura y aceptar su llanto, prestando atención activa a su necesidad emocional. Los niños y niñas necesitan saber que se les quiere, independientemente de lo que esté sucediendo o lo que hayan hecho.

Así, lo recomendable es el acompañamiento emocional, quedarnos a su lado y verbalizar lo que creemos que sienten: “¿estas triste?”, “parece que estas muy enfadado”, “sé que te gustaría comerte los gusanitos ahora”.

Los abrazos en las rabietas pueden servir de contención física, puede que un buen abrazo de su padre o su madre les ayude a contener su desbordamiento. Sin embargo, durante las rabietas, también hay quienes prefieren que no se les toque. Por ese motivo, podemos preguntarle: ¿Necesitas un abrazo? Y si nos lo niega, podemos quedarnos a su lado, respetando su necesidad.

A veces se confunde el acompañar con el consentir. Puedo decirle a mi hijo que entiendo que le gustaría bajar a jugar ahora al jardín y acompañarle en su enfado, sin bajar al jardín. Muchas veces sólo necesitan que alguien esté cerca como testigo cariñoso y silencioso de su experiencia interior.

¿Sirve de algo gritarles?

Gritarles no sólo no sirve de nada, sino que normalmente empeora la situación. Cuando gritamos a los niños y niñas, les alteramos, y entonces es más fácil que pierdan el control. Además, les enseñamos un modelo inadecuado de resolución de conflictos.

Nuestro consejo es que armarse de paciencia y aceptar que las rabietas son una característica temporal de la edad. Según vaya pasando el tiempo, podrán ir expresando lo que les pasa porque tendrán lenguaje, y podremos explicarles y hablar sin altibajos ni descontrol, razonando los motivos de las negativas a sus peticiones.

¿Cómo mantener la calma?

Uno de los aspectos más importantes para la gestión de las rabietas, es que los padres y madres puedan cuidarse. Esto significa responsabilizarse de descansar bien (para poder tener más paciencia), de comer bien, de mantener momentos personales de ocio y disfrute. Cuanto más descansados estén los padres y madres, mejores condiciones tendrán para afrontar de una manera amorosa y paciente las rabietas de sus criaturas.

La primera vez que nuestro hijo tiene una rabieta, seguramente será una sorpresa y reaccionaremos “como podamos”. Con el paso de los días, las rabietas se darán de una manera más frecuente. Para las personas adultas que acompañas a los niños y niñas en esta etapa, es más fácil pensar cómo actuar ante una rabieta, cuando tienen tiempo y están tranquilas.

¿Como podemos controlar el mal carácter y los ataques de furia de los y las peques?

Si nuestro hijo o hija tiene muy mal carácter o ataques de furia podríamos plantearnos si hay algún miembro en la familia o persona cercana que le esté sirviendo de modelo.

Si la respuesta es negativa, podríamos plantearnos si le estoy poniendo límites adecuados.

Si profundizamos en la expresión “poner límites” veremos que ésta contiene dos componentes: por un lado, ponerle límite a una acción en sí. Por ejemplo “no pegar a tu hermano”. Y, por otro lado, a la forma en la que nos hablan los niños y ponerle el límite de “Hablar a las personas con respeto y sin levantar la voz”.

Dentro del acompañamiento del que hablábamos anteriormente, podemos acompañar a nuestros hijos e hijas en su enfado y decirles que entendemos que están enfadados, pero que no les permitimos que rompan cosas o que nos hablen mal.

Prepararse con antelación

Las rabietas, o la manera de abordar su gestión, tienen un componente social muy importante: cuando nos vemos —en público— ante una criatura desbordada, podemos sentir que todo el mundo nos mira y nos juzga. Esto puede generar mucho estrés a los padres y madres, y provocar que pierdan el control de la situación, manejándola de manera poco paciente.

Así, decidir cuando estamos tranquilas qué vamos a hacer cuando se produzca una rabieta, nos dará una sensación de control y seguridad para enfrentarnos a este comportamiento. Sería como dar un paso atrás, para mirar la situación con objetividad y decidir así cómo manejarla.

Para comprender la importancia de esa planificación, podemos compararla con la parte de nuestra jornada laboral que dedicamos a pensar cómo vamos a hacer en nuestra empresa para vender más productos, para ser más eficientes, para comunicarnos mejor, para gestionar el estrés. ¿Por qué, entonces, en nuestra vida familiar, nos dejamos llevar por nuestro estado anímico y la espontaneidad del momento, sin llevar una pauta fija de actuación?


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