Adolescencia confinada

La adolescencia es el periodo vital de una persona comprendido entre la aparición de la pubertad, que marca el final de la infancia y el inicio de la edad adulta. Se trata de una etapa en la que una persona puede sentirse en el limbo, porque ya no se está en la etapa infantil, pero tampoco en la adulta. Esta vivencia se da por el propio proceso personal, con cambios físicos y psíquicos, pero también por el mundo adulto, que mantiene cierta confusión en esta transición: en ocasiones les tratamos como si estuvieran en la etapa infantil y en otras ocasiones les exigimos como si fueran personas adultas.

A su vez existe también una diferenciación en la socialización en cuestiones de género: debido al desarrollo más temprano que tienen las niñas, se les exige socialmente pasar a la etapa adulta con mayor rapidez que a los niños. Como se ha mencionado, la adolescencia implica cambios físicos y emocionales, pero también cambios en la organización y en las relaciones sociales y familiares.

Los cambios principales que se destacan en esta etapa son:

Crisis de oposición: en cuanto a la búsqueda de autoafirmación, de formar un yo diferente al de sus familias, con quienes han mantenido una cotidianeidad estrecha hasta ahora. A partir de este momento precisan de mayor autonomía, de independencia intelectual y emocional.

Desajuste emocional: a veces tienen la sensibilidad a flor de piel y otras parecen carecer de sentimientos. Por eso un día nos sorprenden con un abrazo y al siguiente rechazan cualquier muestra de cariño.  Durante la adolescencia se experimentan sensaciones aparentemente opuestas: de total rabia, o de felicidad desmesurada, de amor o de odio… a veces ambas cosas en cuestión de horas.

Imaginación desbordada: Los y las adolescentes sueñan, y esto no es más que un mecanismo de defensa ante un mundo para el que se están preparando. Es un medio de transformar la realidad, analizarla, reflexionarla, soñar cómo quieren que sea, imaginar un porvenir.

Narcisismo: se reconoce la adolescencia simplemente por las horas que empiezan a dedicarle al espejo. Se concede una importancia extrema al físico: puede lamentarse por un grano en la nariz, obsesionarse por la ropa, quieren estar constantemente perfectas y perfectos, aunque su visión de la estética no tenga nada que ver con la de las personas adultas.

Crisis de la adolescencia (crisis de la «originalidad»), que presenta dos aspectos: Por un lado, el individual, como afirmación del yo, con gusto por la soledad, el secreto, las excentricidadaes en el vestir o en su forma de hablar o de pensar. Por otro lado, el social, donde encontramos la rebelión juvenil contra los sistemas de valores de las personas adultas y las ideas recibidas.

Según Jordi Royo i Isach, autor de «Los rebeldes del bienestar. Claves para la comunicación con los nuevos adolescentes»,  debemos tener en cuenta que la situación del COVID- 19 no afecta de la misma manera a las diferentes sociedades ni a los estratos de la misma sociedad. La pandemia ha generado grandes cambios. Las necesidades de la adolescencia han generado situaciones de dificultad en la juventud; desde una mayor conflictividad en casa hasta un aumento de los problemas emocionales de las mismas.

Todo esto se debe a las pocas alternativas que se les ha proporcionado a las personas adolescentes; como bien mencionan Martínez, Rodríguez y Velásquez (2020), “las chicas y los chicos vivieron el confinamiento con una gran tristeza (con casi un 26% de las respuestas en un estudio realizado durante la pandemia)”.

Según Jordi Royo han aumentado las malas conductas en adolescentes durante el confinamiento, debido a la tensión generada en las viviendas. En algunas ocasiones esto ha venido generado por:

  1. El uso del móvil: las y los adolescentes buscan un mayor contacto con el exterior, y lo hacen a través de sus teléfonos. Esto genera irritación, tanto en ellas y ellos como en sus familias, lo que da lugar a tensiones familiares.
  2. Problemas de adicciones: se han generado algunas situaciones de violencia en los hogares de adolescentes con problemas de adicción al tabaco y/o al cannabis, dado que no podían acceder a la compra de estos productos.
  3. Falta de espacio personal: como mencionábamos más arriba, la adolescencia es una etapa en la que las persona nos autoafirmamos. Evidentemente, estar todo el día en casa no ha favorecido en absoluto este aspecto.

Por otro lado, desde el proyecto “Pon en marcha tus Ideas” quisimos conocer de cerca estas realidades, por lo que contactamos con un grupo de adolescentes de los centros con los que trabajamos y cabe mencionar que la mayoría vivió el confinamiento con sensaciones sensaciones desagradables: Dificultades en la socialización, echar de menos poder tener contacto con sus iguales, tanto dentro como fuera de los centros educativos; agobio con respecto al ámbito escolar, con dificultades para auto-organizarse o mantener una estructura horaria; dificultades para aprender contenidos nuevos, al echar de menos la participación en el aula y a sus compañeros y compañeras; falta de motivación, ánimo bajo y hartazgo o aburrimiento de la situación.

Todas estas ideas nos hacen concluir que, desde el inicio de la crisis sanitaria, la adolescencia es un grupo al que se le han proporcionado pocas alternativas, y al que, sin embargo, se le ha otorgado gran responsabilidad tanto durante la desescalada como en las diferentes olas de incidencia del virus. Como bien menciona Fernández (2020), buena parte de la clase política, de los y las profesionales y de las personas adultas en su generalidad, no han parado de hablar de la irresponsabilidad de la juventud, de su falta de compromiso hacia los deberes cívicos y especialmente hacia sus mayores.

Por todo esto, queremos invitar a la reflexión a la población adulta y visibilizar a las personas adolescentes. Pensemos en esta situación de emergencia sanitaria, en cómo pasamos nuestra adolescencia y cómo la están viviendo ahora.

¿Cómo podemos acompañar a la adolescencia y sus características biopsicosociales de una forma saludable? ¿Qué alternativas se han propuesto para la adolescencia durante la situación actual? ¿Cómo se puede sentir la juventud, futuras adultas de esta sociedad, sin reducir a una mirada criminalizadora de sus acciones?

Hagamos por cuidar esta etapa, y darle valor. Potenciemos un desarrollo saludable de la misma, que nos haga creer en futuras sociedades mejores.

Post publicado por:

Erika López y Fátima El Shafi

Educadoras sociales


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