Emociones
¿A qué llamamos emociones?
En primer término, lo emocional es una reacción fisiológica y corporal que se produce en un contexto determinado y a la que hemos aprendido poner el nombre de una emoción, en nuestra cultura.
Por ejemplo: la reacción fisiológica y corporal (llanto) de un niño ante la retirada de un juguete lo llamamos “enfado”; y una reacción similar ante una puerta que se cierra bruscamente lo llamamos “susto”. El niño está aprendiendo a nombrar las experiencias emocionales de acuerdo con los mensajes de su entorno sociocultural.
En este abordaje ya nos encontramos diferentes que elementos que forman parte de lo que entendemos por emociones:
- Reacción fisiológica: aceleración del pulso cardiaco, dilatación de pupilas, configuración del gesto facial, llanto…
- Contexto o situación estimular: retirada de un juguete, puerta que se cierra bruscamente…
- Término o palabra que usamos para denominar tal emoción: enfado, miedo, tristeza…
A todo esto hay que añadir que el término emoción proviene del latín emotĭo, que significa «movimiento o impulso» y motivación proviene del latín motīvus, relativo al movimiento. Distintas teorías plantean que las emociones suelen estar asociadas a determinados comportamientos. Dependiendo del tipo de emoción es más probable que llevemos a cabo unos comportamientos que otros.
Sabemos que cuando estamos tristes es más probable que nos quedemos en casa que que acudamos a una fiesta; cuando tenemos miedo a volar evitamos subir a un avión…
Siguiendo esta línea de pensamiento y los planteamientos de Darwin, encontramos una teoría sobre la funcionalidad de las emociones. Las emociones cumplen una finalidad, nos sirven para algo: el miedo protege a través de comportamientos como la huida o la evitación del riesgo. La tristeza propicia el descanso, la recuperación y generar el espacio necesario para pensar en nuevas acciones. La ilusión y la alegría nos predisponen a emprender.
Según los expuesto, las emociones estaría compuestas por los siguientes elementos: reacción orgánica, contexto, término que usamos para nombrarla, función y comportamientos (y pensamientos) asociados.
¿Para qué sirven las emociones?
Según lo dicho, en última instancia las emociones nos ayudan a sobrevivir. Lo emocional es uno de los rasgos más significativos que ha perdurado a lo largo de la evolución de las especies. Lo emocional como elemento fundamental es la parte más antigua de nuestro cerebro, la más protegida y con numerosas conexiones con la parte más evolucionada del cerebro.
A pesar de su relevancia, se ha producido una separación radical/cartesiana entre razón y emoción. Además de la relación de oposición, la modernidad introduce una relación jerárquica entre estos conceptos, planteando una subordinación de la emoción a la razón.
Aunque la ciencia a nivel teórico ha superado las posiciones duales por planteamientos sistémicos, las creencias culturales mantienen la visión dualista. En el caso de la división entre emoción y razón podemos acudir al pensamiento de Hanna y Antonio Damasio:
“Creer que las operaciones más refinadas de la mente están separadas de la estructura y del funcionamiento del organismo biológico es un error, porque cerebro y cuerpo constituyen un organismo indisociable integrado por circuitos reguladores bioquímicos y neuronales que se relacionan con el ambiente como un conjunto, y la actividad mental surge de esta interacción”.
Por tanto, las emociones no sólo contribuyen a la supervivencia sino que las emociones construyen, nos impulsa a la acción y a la reflexión. Sin emociones no podríamos comprender lo que ocurre en el mundo, no podríamos crear alternativas y mejorarlas, y no podríamos actuar sobre nuestra realidad para transformarla. Las emociones sirven para tomar conciencia, reflexionar, evaluar acontecimientos, crear y actuar.
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